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30 años de Colegiación - 1º Parte - CoPER

Ana María D Agostino: “Esa fue nuestra gran lucha. Demostrar que había una profesión nueva que servía para algunas cosas pero para otras no"

El 18 de enero de 1985 fue publicada en el Boletín Oficial la Ley Provincial Nº 7456 de Creación del Colegio de Psicólogos de Entre Ríos. Unos meses más tarde, en 1985, se crean dos Colegios más, el de Psicopedagogos y el de Asistentes Sociales.

En este 30º Aniversario de Colegiación, recorremos la historia de los tres, a través del relato de sus protagonistas.

En esta primera parte, la psicóloga Ana María D’Agostino, recuerda los inicios del Colegio de Psicólogos de Entre Ríos, una empresa que se revaloriza y cobra significado desde la perspectiva del presente.

“Los científicos dicen que estamos hechos de átomos pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias”.
(Eduardo Galeano)

Cuando se le pregunta a Ana María D’Agostino de dónde es, ella rápidamente responde “de Entre Ríos”. Hija de un trabajador bancario, vivió en varias localidades de la provincia durante su infancia. El final de la escuela secundaria la encuentra en Concepción del Uruguay y, según ella, “nunca había visto un psicólogo”. Pensaba estudiar Medicina para dedicarse a la Pediatría, siempre supo que su vocación era trabajar con niños. A mediados de su último año vino a Paraná a visitar una amiga, quién le mencionó que iba a estudiar Psicología: “- No sé qué me habrá explicado pero yo le pregunté si se podía curar niños y me dijo que sí”. Por las dudas, también habló con un profesor de la Escuela Normal y, con escasa información pero mucha expectativa, partió a Rosario.

Asociación de Psicólogos de la Provincia de Entre Ríos
Ana María llegó a Paraná en el año 1972, luego de obtener su título de Licenciada en Psicología de la Universidad Nacional de Rosario: “En ese momento debemos haber sido, como mucho, entre doce y quince psicólogos en la ciudad, que son los que originalmente conformaron la Asociación . En aquel momento el presidente era Jorge Acharta y no teníamos sede, nos reuníamos en las casas de cada uno. Después fue aumentando el número y empezamos a juntarnos en el Palace, que era un lugar en calle Buenos Aires que tenía grupo de psicólogos y psiquiatras amigos y nos lo prestaban por las noches. La primera sede que tuvimos fue alquilada y funcionaba en el edificio del Megaterio en calle España. En esa época teníamos un cobrador que iba casa por casa. Después nos mudamos a calle Malvinas y luego a un garaje en calle Bertozzi. Finalmente pudimos alquilar una casita en calle Villaguay con cocina, baño, dormitorio y living comedor. Allí fue donde redactamos el Código de Ética”.

La Confederación de Psicólogos de la República Argentina
La profesión del psicólogo había sido constantemente atacada y perseguida: “A partir de 1973, con la vuelta de Perón, los psicólogos podemos empezar a trabajar mejor, ya que hasta ese momento hasta teníamos miedo de reunirnos”.
En el año 1974, la Confederación de Psicólogos de la República Argentina solicita que se designe un delegado: “Como todos los cargos de la Asociación estaban cubiertos cuando llegué, se decidió que vaya yo. De todas maneras, no había modo de enviar a alguien con más experiencia ya que éramos todos más o menos de la misma edad”, recuerda Ana y continúa: “No había datos de cuántos psicólogos y asociaciones existían ni en qué provincias. Era muy grande el país y no teníamos redes sociales así que era muy difícil saber. Por eso, la COPRA decide hacer el Primer Encuentro Nacional de Psicólogos y Estudiantes de Psicología. Y se hizo en Córdoba por su accesibilidad como provincia mediterránea, el 12 y 13 de octubre de 1974”.

Al respecto comenta: “Yo integraba la Secretaría de Prensa de la COPRA junto con un psicólogo de Santa Fe y nos manejábamos a través de cartas, mandamos muchísimas ya que era el único medio por no existir aún el correo electrónico. En esa época también viajábamos seguido a Buenos Aires”.

Primer Encuentro Nacional de Psicólogos y Estudiantes de Psicología
En relación al Encuentro recuerda: “Fue una jornada de celebración por esta situación que era mucho mejor de lo que habíamos tenido hasta ese momento, ya que durante el período del gobierno militar hemos sido muy perseguidos, estábamos como ahogados, incluso se cerraron varias facultades de Psicología y Sociología. Y ese día nosotros pudimos reunirnos y trabajar por primera vez”. 

Dicho encuentro tuvo una gran relevancia ya que se discutieron y definieron cuestiones claves para el ejercicio de la profesión: “Uno de los temas que teníamos que discutir en ese encuentro eran las incumbencias, es decir, lo que tenía permitido y lo que tenía prohibido hacer el psicólogo. Otro tema era el de las Asociaciones. Necesitábamos organizarnos para resolver asuntos gremiales y científicos; además de tener una dirección, un lugar donde ubicarnos. Y empezar a conocernos entre nosotros, mostrarnos”.

Día Nacional del Psicólogo
Según relata Ana María, el segundo día de trabajo se desarrolló en el anfiteatro de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. Estuvieron presentes algunas agrupaciones militantes como Montoneros, ERP y Tupamaros (que habían huido de Uruguay) y la Comisión Directiva de la COPRA completa: Juan Carlos Dominguez de La Plata como presidente, su esposa como Secretaria Científica y Josefina “Quitiu” Racedo de Tucumán en la Secretaría Gremial, que fue quien dirigía la discusión y la lista de temas a tratar: “Alrededor de las diez de la mañana llegó la policía. Los mismos compañeros nos escondieron a toda la Comisión Directiva en distintas aulas, y en medio del desarme, “Quitiu“ anuncia que se suspende la actividad y que se instaura ese día como el Día del Psicólogo. Luego del aplauso nos fuimos todos. Nosotros, con Juan Carlos Dominguez y su esposa, nos vinimos en auto hasta Santa Fe. Allí ellos tomaron un colectivo hasta Buenos Aires y después se tuvieron que ir del país porque fueron muy perseguidos”.

“La verdad que lo del Día del Psicólogo fue algo espontáneo, no lo habíamos pensado cuando organizamos el Congreso. Había tanto por discutir y trabajar… Estábamos construyendo la identidad de nuestra profesión: teníamos que organizarnos gremialmente para no trabajar en relación de dependencia de la medicina (porque al principio no podíamos atender si no teníamos la derivación de un psiquiatra o del pediatra en el caso de los niños), conocernos, definir las incumbencias”.

FEPRA
Luego de ese episodio, se desintegra la Confederación y se vuelve a organizar en diciembre de 1977 como Federación de Psicólogos de la República Argentina (FEPRA), presidida por la Licenciada Beatriz Perosio, secuestrada el 8 de agosto de 1978.

Gobiernos de Facto
En el año 1972, se crea en Entre Ríos una institución dependiente del Ministerio de Salud, denominado “Centro Psiquiátrico Infanto Juvenil”. El equipo estaba integrado por psicólogos, asistentes sociales, psicopedagogos, pediatras y psiquiatras. Funcionaba en calle Belgrano (de la ciudad de Paraná) y trabajaba con niños y adolescentes que llegaban al hospital San Roque: “En el año 1977, el gobierno militar traslada el equipo al hospital; en ese momento fue a modo de castigo o amedrentamiento pero finalmente resultó muy bueno porque se forma el Servicio de Psicopatología (hoy, Servicio de Salud Mental). Allí se trabajó de otra manera, en sala de espera, en neonatología, en la morgue”.

Democracia
1984 marca un gran cambio institucional. Se empieza a trabajar en la Ley de Creación del Colegio, bajo la presidencia de Ana Trossero y Ana María D’Agostino como vice: “Cuando se sancionó, tuvimos que rematricularnos porque estábamos inscriptos en Salud Pública”.

Por ser asesor de varias asociaciones, el Dr. Marciano Martínez fue uno de los redactores de las Leyes de Creación de estos colegios: “Por eso todas las leyes son similares, porque además se tomaron modelos de otros colegios que ya estaban funcionando, ya que hay cuestiones de colegiación que son básicas para todos. También trabajamos con él en la redacción del Código de Ética”.

Construir una identidad profesional
Se ha recorrido un largo camino durante estos 30 años, hubo que afrontar desafíos y oponerse a la resistencia existente hacia esta nueva profesión: “Tuvimos que ganarnos nuestro espacio en Educación, en Salud, en la Justicia; mi primer trabajo oficial fue con el Gobierno de Cresto que emite un decreto de modificación de la currícula escolar en la que incorporaba a Psicología como materia y a mí asignan el departamento Diamante. En ese espacio empezamos a hablar de educación sexual claramente con los chicos (evitando tabúes y dichos populares). Fue un plan que duró más o menos un año”.

Su paso por la Justicia
En el año 1992 se promulga la Ley Nº 8661 para conformar el Juzgado de Menores: “No había ningún psicólogo forense en la provincia, ni siquiera habíamos dado la materia porque no existía en la carrera. Me llaman a mí por mi experiencia de trabajo con niños y fui la primera psicóloga forense de la provincia. El día que asumió la jueza, vinieron todas las autoridades presentes en el acto a saludarme pero estaban desconcertados, ninguno sabía bien que iba a hacer yo ahí, ni siquiera yo lo sabía. A los tres meses lo nombraron a Jorge Acharta y los dos hicimos un posgrado en Buenos Aires para empezar a trabajar”.

Con respecto a su experiencia comenta: “Tuvimos que andar mucho. Fue difícil conseguir el respeto de los jueces, tanto en la elaboración de un informe como en la declaración en un juicio oral. Fue una responsabilidad enorme la que tuvimos, ya que fuimos la primer cara de la Psicología en el Poder Judicial de Entre Ríos. Siempre fuimos muy conscientes los dos de que este era un camino para todos los que iban a venir después de nosotros; teníamos que demostrar que era una ciencia que podía colaborar con la parte jurídica”.

El Colegio hoy
Actualmente el CoPER tiene sede propia en la ciudad de Paraná y cuenta con dos Regionales, en las ciudades de Concordia y Gualeguaychú: “Todo fue in crescendo. Primero fue construir la identidad de la profesión, después armar las regionales, comprar la sede. Yo me alejé durante un tiempo por no poder dedicarme y cuando volví la realidad era totalmente distinta. El volumen de matriculados había aumentado enormemente”.

“En nuestra zona hay cinco facultades, por lo que es una especie de fábrica permanente de profesionales. Sin embargo se dificulta bastante la inserción debido, por un lado, a la cantidad y, por el otro, a que no nos hemos jubilado los primeros, por lo que todavía estamos ocupando algunos lugares. De los doce o trece que nos matriculamos inicialmente a los más de mil setecientos que somos hoy, la verdad que ha sido un crecimiento muy rápido.”.

La influencia de los medios de comunicación y de las redes sociales en la modificación de las formas de relación, también alteró la manera de resolver determinadas situaciones: “Hace treinta años que integro el Tribunal de Ética, fui la primer presidenta. En aquella época, nos juntábamos solamente para revisar algunas cuestiones, no teníamos que trabajar en denuncias porque no había, ni de pacientes ni entre colegas, como las hay actualmente. Creo que esto se debe en parte a que se ha mediatizado y judicializado todo”.

A modo de conclusión y luego de 43 años de ejercicio de la profesión, Ana resume: “Esa fue nuestra gran lucha: demostrar que había una profesión nueva que servía para algunas cosas pero para otras no. En el caso de la Justicia, algunos creían que nosotros podíamos adivinar, por ejemplo, quién era el asesino…”, se ríe y concluye: “A nosotros nos tocó ganar los espacios: en el Hospital Roballos (hoy Hospital Escuela de Salud Mental), en el Hospital de Niños, en las escuelas, en el Poder Judicial. Ahora está todo dado y mucho más naturalizado”.

Conocer la historia del Colegio a través del relato de sus protagonistas implica comprender que la realidad actual fue posible gracias a una suma de voluntades genuinas; es necesario reivindicar el camino recorrido, comprometiéndose con el sostenimiento de los espacios conquistados y trabajar en un clima de respeto y sobre todo, de ética en la profesión.

"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar".
(Eduardo Galeano)

1- Galeano, Eduardo: Extraído del discurso pronunciado en la presentación del libro “Los hijos de los días” en la 38º Feria del Libro. Buenos Aires. 2012.
2- La Asociación de Psicólogos de Entre Ríos (APER) fue creada en el año 1969 (Fuente: “CoPER 15 años”. Audiovisual realizado por el Área Video del Centro de Producción en Comunicación y Educación. FCE. UNER. Año 2000).
3- Enrique Tomás Cresto (PJ). 25 de mayo de1973 - 24 de marzo de 1976. Elegido en fórmula con Dardo Pablo Blanc como vicegobernador. Depuesto por golpe de estado nacional, su período terminaba el 25 de mayo de 1977.
4- Está basado en una respuesta del cineasta santafesino Fernando Birri, en una charla que dieron juntos en Cartagena de Indias, ante la pregunta de uno de los asistentes: ¿para qué sirve la utopía?.

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